Tras unos días dejando pasar el tiempo, para poder asentar mis ideas y mis sentimientos, creo que ya estoy preparada para escribir esta entrada.
Esta semana ha sido dura y difícil, porque el lunes empecé a manchar. Aunque al principio era poco y no se parecía a mi anterior vez así que me aferraba como un clavo ardiendo a la idea de que, si en mi anterior intento manché tantísimo y la beta fue positiva, aunque se convirtió en un bioquímico, esta vez que manchaba mucho menos tenía que ser positivo también.
El viernes me hice la beta y esperamos, esperamos y esperamos en consulta. Cuando me llamaron y me dijeron que era negativo, se me vino el mundo encima, porque mantenía esa pequeña esperanza y, desde entonces, no levanto cabeza.
La doctora nos dijo que pasáramos en quince días por un informe, que lo sentían mucho pero por la seguridad social sólo había dos intentos y que no sabían decirme qué es lo que había pasado. Que por los espermatozoides no eran porque había fecundación y, de hecho, esta vez me habían puesto dos muy buenos. Y que no sabían si había algún problema de implantación, ya que el primero lo perdí y el segundo ni siquiera llegó a agarrar, pero que con dos intentos no podían decir mucho.
Y aquí estamos, tristes, muy tristes porque pensábamos que esta vez era la buena. Ya ves...en el primer intento que si agarró y yo trabajando, y esta vez que me cuido al 100%, que estoy de baja y no hago absolutamente nada ni siquiera me llegó a agarrar.
El próximo paso será por la privada, hay que mirar clínicas, opiniones y presupuestos, aunque lo que más urge es venirse arriba. Dejaremos pasar el verano y, como tenemos las vacaciones en la segunda de septiembre, tomar fuerzas y entonces empezar a mirar y planear la nueva "batalla".
Hoy remoto mi rutina de trabajo, lo que me vendrá bien para empezar a desconectar. Cuando me encuentre fuerte iré por el informe y ordenaré los papeles para cuando se los llevemos a la clínica, y haré limpieza de cajas de medicamentos y agujas, pero por ahora no tengo fuerzas y lo tengo todo ahí, arrinconado.
